2.6.22

CLAVES PARA ENTENDER (Y EDUCAR) A LOS ADOLESCENTES: SU CEREBRO Y SUS COMPORTAMIENTOS (de Judith Frank - Club de peques lectores)

Durante la adolescencia hay una serie de cambios físicos que no nos pasan inadvertidos a los padres y madres, ¡ni a nadie! 

 

Pero hay otro tipo de cambios que está sufriendo el niño o niña y que son menos evidentes a simple vista, pero igual o más importantes que los físicos. 

 

Me refiero a los profundos cambios vitales que se producen en su cerebro. 

 

Si hasta ahora el cerebro se había dedicado sobre todo a crecer, durante la adolescencia es la gran etapa de maduración y organización del cerebro y sus distintas partes. 

 

Eso ya nos da una pista interesante: el cerebro del adolescente todavía no está maduro, por tanto, no es funcional al 100%. De hecho no lo será hasta los 25 o 30 años, ¡a veces incluso más! 

 

Tener más conocimientos sobre el desarrollo de su cerebro no hará que nuestro hijo/a o alumno/a tenga menos conductas emocionalmente cambiantes, menos comportamientos impulsivos o sea menos insolente, pero sí que nos ayudará a comprender por qué se comporta como lo hace y a saber cómo debemos acompañarlo correctamente.

 

Esto será esencial si queremos aprovechar la adolescencia como la segunda gran ventana de oportunidad que es para formar adultos saludables, independientes y socialmente adaptados, funciones que se inician en la infancia, pero se completan y fijan en la adolescencia. 

 

Vamos a ver pues las peculiaridades del cerebro adolescente y cómo esto explica muchos de sus comportamientos.


Recordemos uno de los conceptos más importantes: el cerebro adolescente aún se está desarrollando y todavía no es completamente maduro (no lo será hasta los 25 a 30 años de edad). 

 

En concreto hay tres partes del cerebro del adolescente que sufren cambios bruscos en esta etapa y que van madurando, pero muy poco a poco. 

 

Y además se desincronizan (maduran a diferente velocidad), es esta discrepancia en la madurez de las diferentes partes del cerebro lo que explica mucho del comportamiento adolescente. 

 

PECULIARIDADES DEL CEREBRO DEL ADOLESCENTE: 

 

Es época de cambio, renovación y crecimiento del cerebro, es especial estas tres partes:

 

1. La amígdala, que es la responsable de la generación (inconsciente) de las emociones. Durante la adolescencia está hiperactivada, es decir reacciona con más rapidez y con más intensidad que en otras etapas vitales, dando lugar a una hiperreactividad emocional.

 

2. El estriado, que es el sistema de recompensa del cerebro y que al activarse proporciona sensaciones de bienestar y placer. Lo activan por ejemplo los instintos básicos o también el aprendizaje. Su principal neurotransmisor es la dopamina, implicada en las sensaciones de placer, motivación y optimismo. Está en plena maduración, por eso el adolescente se ve impulsado a buscan contantemente sensaciones recompensantes que le proporcionen placer. 

 

3. La corteza prefrontal, sede de las funciones ejecutivas (como por ejemplo la memoria, la capacidad de planificación y reflexión, la toma de decisiones o el control de los impulsos y la gestión consciente de la emociones). En esta etapa la corteza madura más lentamente que las otras partes del cerebro y además las funciones ejecutivas pierden eficacia. 


Fíjate pues que viven las emociones más intensamente (por culpa de la hipersensibilidad de la amígdala), tienen muchos más impulsos y búsqueda de novedades y sensaciones placenteras (por culpa del estriado), pero tienen menos capacidad para controlar estas emociones y estos impulsos, debido al mal funcionamiento de su corteza cerebral. ¡La bomba está asegurada!

 

COMO CONSECUENCIA DE TODO ELLO, LOS ADOLESCENTES:

 

  • Tienen la emociones a flor de piel, son hipersensibles emocionalmente hablando.

 

  • Son hiperreactivos: la impulsividad emocional es mayor que en cualquier otra etapa de la vida, es decir muestran las emociones con más rapidez e intensidad (por simple instinto de supervivencia).

 

  • Tienen baja capacidad de control ejecutivo de los impulsos y de la conducta en general.

 

  •  Lo emocional pesa más que lo racional en muchas de sus decisiones. Por ejemplo, ante una emoción intensa, son menos capaces de valorar las consecuencias o los riesgos de la acción. 

 

  • Cambian con rapidez de un estado emocional a otro (pero no por voluntad propia).

 

  • Los adolescentes buscan contantemente sensaciones recompensantes que les proporcionen placer debido a la maduración del estriado.

 

  • Se ven impulsados a probar nuevas experiencias y situaciones, a veces peligrosas e incluso carentes de lógica o ética, ¡no pueden evitarlo!

 

  • Son especialmente permeables a los refuerzos tanto positivos como negativos que les llegan de su entorno social (tanto del adulto como de sus iguales).

 

  • Uno de los aspectos en madurar más tarde es la capacidad de retrasar la sensación de recompensa por las acciones realizadas, por eso necesitan retos para estimularse pero deben verlos como algo asequible.

 

  • No se les da muy bien hacer más de una cosa a la vez.

 

  • Tiene dificultad para enfocar sus deseos y sus motivaciones hacia objetivos concretos, y para planificar a largo plazo la forma de conseguirlos.

 

MÁS PECULIARIDADES DEL CEREBRO DEL ADOLESCENTE: 

 

- SUEÑO: se produce un retraso en el ciclo de vigilia y sueño y en las concentraciones de melatonina (hormona del sueño) en la sangre, que explica que muchos adolescentes se queden despiertos hasta tarde y les cueste levantarse por la mañana.

 

Respetar al máximo su descanso es vital para que fijen los aprendizajes y las experiencias. Deberían dormir entre 9 y 10 horas por la noche. La falta de sueño puede dificultar la atención, aumentar la impulsividad e incrementar el riesgo de irritabilidad o depresión.

 

- ESTRÉS: los niveles de cortisol durante la adolescencia son, de por sí, más elevados que durante la adultez. Esto sumando a otra peculiaridades hormonales típicas de esta etapa, hace que los adolescentes estén más desprotegidos e indefensos ante el estrés y la ansiedad. 

 

Es decir, el estrés les afecta mucho más y se desbordan antes frente a situaciones estresantes. Incluso pueden sufrir estrés en situaciones que a ojos del adulto no son problemáticas. De ahí surge mucha incomprensión y fricción con el adulto. 


Es importante saber esto y actuar en consecuencia, procurando no aumentar su estrés. Siempre será mejor esperar a que se calmen para luego hablar tranquilamente con ellos, mostrando siempre nuestro apoyo emocional y nuestra confianza en ellos.


- CONTROL DE IMPULSOS: como ya he comentado, les cuesta más controlar sus impulsos por la descoordinación e inmadurez de la corteza prefrontal. Además se ha comprobado que son más propensos a correr riesgos si creen que sus compañeros los están observando. Aun así, pueden controlarse, pero debemos ser conscientes de que ese control les exige más esfuerzo cognitivo que el que se requiere durante la adultez, lo que implica que no pueden mantener ese control durante demasiado tiempo.


Vamos a vigilar pues de no ponerles durante demasiado tiempo en situaciones complejas, pues es posible que acaben perdiendo los papeles.

 

- RELACIONES SOCIALES: las áreas del cerebro que gestionan las interacciones sociales se activan con más intensidad y durante más tiempo que en los adultos, por eso cobran especial relevancias en esta etapa las relaciones socioemocionales. El desapego progresivo de los progenitores también explica esto, pues se compensa con la búsqueda de nuevos vínculos con sus iguales.

 

Por todo ello, el sentirse aislado socialmente es uno de los factores más estresantes que puede vivir un adolescente. Los escáneres cerebrales demuestran que estas situaciones activan su cerebro de igual modo que una amenaza física o una situación de falta de alimento.

 

claves comprender educar adolecentes cerebro
fuente


- ¿APATÍA? El cerebro del adolescente libera más dopamina que el de un adulto cuando es estimulado por situaciones recompensantes, sobre todo si éstas son de origen social. Pero cuando no hay estímulo alguno, los adolescentes producen menos neurotransmisores y por tanto se sienten mucho más desanimados, abatidos, pesimistas, preocupados... de ahí que a veces nos parezcan desmotivados, apáticos, vagos... pero en realidad lo que pasa es que, en ausencia de motivación, su cerebro está más "cansado" y es menos eficiente que el de un adulto.

 

- NO NOS ESCUCHAN: se ha visto en estudios del cerebro adolescente que a cierta edad la intensidad con la que reacciona a la voz de sus padres disminuye muy drásticamente y, por el contrario, pasa a reaccionar más ante voces nuevas. Eso explicaría porque a veces nos ignoran, no es algo malicioso por su parte, sino que sus condiciones cerebrales y sus necesidades les impulsan a sentir más interés por otro tipo de estímulos y experiencias. 


- MOTIVACIÓN: placer, motivación y optimismo están religados por el estriado y la dopamina. Estimular uno de ellos implica que se activen los demás, con las ventajas que eso conlleva. Así, si queremos mantenerlos lejos del consumo de sustancias tóxicas, debemos favorecer que mantengan la motivación y reciban estímulos recompensantes suficientes por otras vías (sociales, deportivas, familiares, educativas...) sabiendo que lo que valoran con más negatividad es el rechazo social.


¿QUÉ PODEMOS HACER?, ¿CÓMO ACOMPAÑAR A LOS ADOLESCENTES?


Ahora ya sabemos que es normal que sean inmaduros, impulsivos, temperamentales y que se regulen emocionalmente tan mal. Pero, por supuesto, esto no es justificación de ningún tipo de comportamiento inadecuado o irrespetuoso, y somos nosotros los que debemos estar ahí para marcarles el camino correcto.


Todo lo vivido en la infancia influirá en la etapa de la adolescencia, en cómo se desarrolla y cómo se vive. Por eso la educación de la adolescencia empieza en la infancia.


Y cuando estamos de lleno en esta etapa, debemos recordar que la educación y el ambiente social y familiar va a condicionar cómo los adolescentes se perciben a sí mismos y cómo se relacionan con su entorno y, en consecuencia, cómo construyen su vida futura.


Lo que más necesita un adolescente de nuestra parte es:


  • Estímulo: para potenciar su creatividad, su sorpresa y su reflexión
  • Apoyo emocional: para mantener e incrementar la confianza y la autoconfianza 
  • Ejemplo: para transmitirles modelos de conducta correctos


Y recuerda:

 

  • Sé empático, porque es una etapa muy complicada para ellos/as.
  • Sé comprensivo y respetuoso, para no romper la confianza entre vosotros/as.
  • No aumentes su estrés, tu eres el adulto.
  • Dale independencia, pero también responsabilidades.
  • Sigue poniéndole límites, aunque sé consciente de que tratará de saltárselos (y es sano que lo haga).
  • Educa en positivo: no le castigues ni sanciones, buscad juntos soluciones a los problemas.
  • ¡Cárgate de paciencia y serenidad!
  • trata de disfrutar esta nueva etapa, porque también puede ser muy bonita.

http://www.clubpequeslectores.com/2022/06/claves-entender--educar-adolescentes-cerebro.html 

10.3.22

¿Somos capaces de tirar la primera piedra?


Como sabemos, la Neuroeducación es una disciplina puente que viene a acercar fronteras desde los aportes de la Psicología Cognitiva, las Neurociencias y la Pedagogía. 

Proporciona fundamentos firmes sobre cómo es, cómo se desarrolla y cómo funciona el cerebro a través de horizontes tales como la psicología y la conducta, pero desde la perspectiva del aprendizaje y la enseñanza. Y esto brinda grandes recursos para generar nuevas propuestas educativas y didácticas, proporcionando herramientas tanto para docentes como padres y formadores.


Ahora bien, para que esta disciplina sea aplicada es necesaria la formación de dichos neuroeducadores que sean los que puedan aplicar estas innovaciones en las aulas, ya que si estos cuentan con el conocimiento de los posibles caminos de aprendizajes del cerebro, su campo de acción para poder generar estrategias, se vuelve de una riqueza infinita solo sujeta a su creatividad. 

El cerebro a través de las sinopsis de millones de neuronas, tiene la capacidad de aprender y enseñarse, y reaprenderse. Y en este esquema, desde la neuroeducación se encuentra el gran desafío de enseñar, la capacidad que tiene el cerebro para gestionar su habilidad de plasticidad. En esta línea, sabemos que cada cerebro es diferente, al igual que cada persona, y cada persona realiza sinopsis diferentes desde inteligencias diferentes, por ende el número de posibilidades desde donde generar aprendizajes es infinito. 


Las Neurociencias nos enseñan también que el ser humano a través de las inteligencias múltiples posee como mencioné, muchos canales de ingreso, pero a su vez estos canales están condicionados por los estados de ánimos y las motivaciones externas. Si bien el cerebro de las personas está programado para aprender, procesar, consolidar y recordar un aprendizaje, muchas veces esto se condiciona, cómo mencionaba Vigosky, con el contexto, con las relaciones sociales, con la historia de cada uno. Desde allí también sabemos, a través de las Neurociencias, que muchas de las inteligencias “no clásicas”, como por ejemplo la música, nos predispone para que se produzcan ciertas conexiones que tendrán relación con el aprendizaje de las matemáticas por ejemplo. Esto quiere decir que no son independientes estas conexiones sino, por el contrario están vinculadas intrínsecamente. 


Son innumerables las posibilidades de aprendizajes que nos plantea la Neuroeducación, y como mencioné, asumiendo que hemos conquistado la meta de formar a neuroeducadores expertos en la materia, estos no solo tendrán el desafío de generar propuestas diversas en el aula, sino también de despertar este llamado, “apagón emocional” que traen las nuevas generaciones. El camino que reconocidos autores afirman que la llave es generar la curiosidad en los alumnos, ya que, a través de la curiosidad se ponen en alerta las emociones, que serán las tutoras de un aprendizaje significativo. 

De mi parte aportaría también que es necesario despertar la pasión por lo que se aprende, por el proyecto por el reto, y acá encuentro el desafío mayor, ya que la curiosidad es una emoción y como tal no dura más de noventa segundos, y es por ello que de la mano de la curiosidad , apelaría a un estado emocional con mayor posibilidad de sostén en el tiempo como es la pasión. el desafío es que un estado tan personal como la pasión debe aplicarse de manera transversal a muchos alumnos con preferencias muy diferentes. Es por esto que más allá de cómo se estructure la clase, tenemos que pensar “más allá de la caja“. Coincido con que el trabajo por proyectos es un camino viable, donde cada integrante puede ocuparse de lo que le motive más, pero es justamente aquí donde también radica el punto, la motivación. Considero que esto también es algo que se enseña, como apasionarnos, cómo dar vuelta la perspectiva hasta hallar una que nos genere el compromiso, que nos despierte de ese apagón. 


De la mano de esto, considero tanto o más importante, la enseñanza de inteligencia emocional, de igual manera, para grandes y niños, para padres y tutores, como para alumnos y docentes. Creo que al centrarnos tanto en el aprendizaje en sí, el “árbol nos tapa el bosque”, la capacidad de gestión emocional, si bien es algo que se desarrolla con el tiempo, ya que sabemos que el área ejecutiva de autocontrol se encuentra en el área prefrontal del cerebro, la cual se termina de desarrollar pasados los 20 años, esto no quiere decir que no podamos ir induciendo recursos para que el niño pueda ir haciendo prueba y error de esto. De nada sirve que sepamos muchísimo de neuroeducación si el bullying en las aulas paralizan y condicionan la emocionalidad de los niños y esto van siendo los cimientos donde se construye, ese conocimiento previo relevante. 


Cada participante del aula tiene que contar con los recursos para poder, poco a poco ir gestionando estas acciones, porque esta inteligencia emocional de la que hablamos no podemos divorciarla de lo que le pasa al niño a nivel pares mientras lo aprende, y aquí veo otro gran desafío, el de no descontextualizar lo que pasa en el día a día, porque ese contexto social, será el detonante de que el campo para sembrar los aprendizajes, esté fértil o totalmente minado de angustia. 


Concluyendo sostengo que la neuroeducación tiene que ser un nuevo paradigma social, desde donde podamos no solamente aprender, sino formarnos en todos los ámbitos de la vida. El bullying en las aulas no es algo que se aprende en las aulas ni en los recreos, son patrones que vienen subordinándose a conocimientos previos, anclándose con nuevos comportamiento o vivencias que van calando el autoestima de estos niños, tanto el atacante como el atacado. En este punto debemos ser muy sutiles, ya que suponemos que los docentes, amén de no tener el reconocimiento económico ni moral, asumimos que deben hacerse cargo de enseñar la caja curricular, como también hacerse cargo de las situaciones de bullying, en el aula y fuera, en los baños, en la salidas, en las entradas, entonces es donde me pregunto ¿no será mucho?, ¿no estaremos como sociedad, como padres, como amigos, como hijos como hermanos, mirando hacia otro lado?. Es más fácil tirar la pelota del otro lado de la cancha, pero ¿qué pasa con cada uno de nosotros, con nuestra responsabilidad social en esta inteligencia emocional?, ¿asumimos realmente el reto de ser andamios de otros, de aceptar nuestras fallas? ¿hasta dónde un chiste es un chiste?, ¿es chiste también para el protagonista?, .

¿Damos el ejemplo? ¿Somos actores activos de esa educación que criticamos?  ¿Somos educados?


¿Somos capaces de tirar la primera piedra?


21.2.22

7 TIPS PARA DARLE A TUS EMPLEADOS UN FEEDBACK EFECTIVO

 1. Adopta un tono profesional 

Habrá momentos en que experimente una fuerte respuesta emocional ante un error de un empleado. Es totalmente comprensible sentir rabia y molestia si algunos de los empleados o encargados no cumpliera con los objetivos dados debido a la mala ejecución de la tareas o incluso perjudicara a la convivencia de la empresa. Cuidado con el temperamento, espera hasta que estés lo suficientemente calmado para emitir comentarios más adecuados. No puedes esperar que los empleados estén abiertos a las críticas cuando los ponen a la defensiva culpando o avergonzando. Y asegúrate de criticar en privado, y nunca señalar con el dedo en público.  

2. Céntrate en el problema , no en la persona.

Es uno de los puntos más importantes. El feedback no puede ser un ataque personal para remarcar los errores y desmotivarlo. Se trata de abordar con el empleado los comportamientos que afectan al desempeño laboral, ya que no se trata de lo que la persona es, si no de lo que la persona hace. Además, es aconsejable acompañar con casos reales y argumentados.

3. Menciona lo positivo primero.

Es importante resaltar tanto al principio como al final del feedback los aspectos positivos que el empleado realiza. Ya que obviamos aquello que hace bien y solo nos enfocamos en los aspectos a mejorar, provocando así, que el empleado se centre solo en aquello que debe mejorar y deje de lado fortalezas que ya tenía nominadas, pero no consolidadas. Lo que deseas es que el empleado mejore en aquello que no domina, pero manteniendo sus fortalezas actuales. De esta forma deberás planear muy bien el orden de lo que deseas comunicarle. Lo más aconsejable es comenzar despuntando los aciertos, las buenas decisiones que ha tomado, las ideas oportunas que ha tenido y felicitarle por su esfuerzo y dedicación. Tras este repaso positivo que le hará permanecer comprometido e involucrado en la empresa, se deberá repasar con el empleado las debilidades que está teniendo con el fin de transformarlas en una oportunidad de mejora para el empleado y para la empresa, convirtiéndose en un Win to Win.

4. Priorizar la transparencia y la comunicación constante

Tener metas específicas y expectativas claras hace que tus empleados tengan éxito. Es de gran importancia consultar con los empleados con frecuencia para asegurarse de que todos sepan cuál es su posición respecto a los objetivos de la empresa. La transparencia y la comunicación también son importantes a nivel de equipo, ya que ayuda a mantener una comunicación abierta en todo el equipo de trabajo, creando y manteniendo una cultura colaborativa.

5. Se específico y no generalices

Cuanto más detalle puedas proporcionar, más sentido tendrá el mensaje. Es recomendable hacer referencia a comportamientos específicos en lugar de supuestos e imprecisiones. Las generalizaciones suelen dar lugar a interpretaciones personales y malentendidos, que se deben evitar en la medida de lo posible. Se recomienda usar verbos y evitar los adjetivos para que el feedback suene lo más constructivo posible.

6. Escucha lo que la otra persona tenga que decir

Se atento y comprensivo. Comienza preguntando a los empleados sobre sus funciones, píde que describan lo que creen que están haciendo bien y qué aspectos pueden mejorar para lograr un mejor desempeño de su puesto de trabajo.

Deja en todo momento claro al empleado que su intención es ser su aliado en la búsqueda de alternativas que incrementen su potencial. Por ello, no debe imponer de manera inflexible una serie de tareas con las que el empleado puede no estar de acuerdo. Recuérdale sus expectativas y pídele que se comprometa a definir una serie de acciones de mejora.

7. Busca el lugar y momento adecuado

Para mantener una buena conversación es esencial encontrar un espacio silencioso y tranquilo donde la persona que recibe el feedback esté concentrada. De esta forma la otra persona estará más receptiva y las críticas negativas se las tomará de mejor forma. Además, otro factor que hay que tener en cuenta es que si le comentas el feedback en la oficina, delante de todo el mundo, el empleado lo va a concebir como un ataque y se va a avergonzar, reaccionando de forma errónea y combativa.

Evita dar feedback a alguien en un momento difícil, ya sea por un problema familiar o si se enfrenta a una fecha de entrega importante. Pospón las veces que haga falta hasta lograr que el ambiente sea el apropiado.

Estos son algunos de los consejos que te ayudarán a la hora de dar feedback a tus empleados. Nunca dejes de lado la retroalimentación, ya que este te ayudará a motivar a tus empleados y mejorar la comunicación interna de tu empresa.

https://www.up-spain.com/blog/7-tips-para-darle-a-tus-empleados-un-feedback-efectivo/

8.2.22

Técnica de la tortuga. Autorregularizacion emocional en niños


LAS EMOCIONES SON INEVITABLES, APARECEN, NO PODEMOS ESCONDERLAS PORQUE POR ALGÚN LADO SALDRÁN (TARDE O TEMPRANO), ENTONCES TENEMOS QUE TRANSITARLAS, PERO ¿CÓMO HACERLO PARA QUE ESTAS NO TOMEN EL CONTROL DE NOSOTROS Y ACTUEMOS O DIGAMOS COSAS DE LAS QUE PODAMOS ARREPENTIRNOS?

SABEMOS QUE LA EXPLOSIÓN EMOCIONAL DURA 90 SEGUNDOS, SI PODEMOS GESTIONAR ESTE TIEMPO PODEMOS REGULAR LA EXPLOSIÓN. ¿COMO?

HAY VARIAS TÉCNICAS, PERO LA TÉCNICA DE LA TORTUGA ME ENCANTA PARA GRAFICARLAS A LOS PEQUES, EL CONTAR ES UN GRAN RECURSOS, QUE ME PERMITE CON LA PRÁCTICA, PODER IDENTIFICAR EL MOMENTO PREVIO A LA EXPLOSIÓN (LO IDEAL) QUE SERÁ A TRAVÉS DE ESTE MOMENTO CUANDO PUEDO PENSAR ¿POR QUÉ REACCIONO ASÍ? Y HACER EL APRENDIZAJE. A PRACTICAR!!!

Rito el Cotorrito (Cuento para niños con problemas de atención) - Minder...


HERMOSO CUENTO Y RECURSO PARA APLICAR CON NUESTROS PEQUES CUANDO LES CUESTA CONCENTRARSE.

EN PNL ESTA TÉCNICA SE LA CONOCE COMO ASOCIARSE. Y ES EXACTAMENTE ESO, ME IMAGINO MENTALMENTE HACIENDO LA ACCIÓN Y YA LA VOY ANCLANDO EN MI CEREBRO, DE HECHO ES MUY ÚTIL CUANDO TENEMOS QUE REALIZAR ALGO QUE IMPLICA UN DESAFÍO Y GENERA ANSIEDAD. A TRAVÉS DE ESTA TÉCNICA PODEMOS TENER UNA "PREMIER" DE CÓMO NOS SENTIMOS REALIZANDO LA ACCIÓN, CUALES SON LAS EMOCIONES QUE SE DISPARAN Y QUE PODRÍAMOS HACER CON ELLAS. 
ENTONCES CUANDO REALMENTE ESTAMOS EN ESE MOMENTO, YA LO HEMOS VIVIDO PREVIAMENTE EN NUESTRA MENTE!

31.1.22

CONTAR HISTORIAS

Lo que suelen necesitar los niños, sobre todo cuando experimentan emociones fuertes, es que alguien los ayude a usar su cerebro izquierdo para dar sentido a lo que está sucediendo (...) 

Eso es lo que se consigue contando historias: nos ayuda a entendernos a nosotros mismos y a entender el mundo usando los hemisferios derecho e izquierdo simultáneamente. 



"El cerebro del niño" Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson

25.1.22

9 monstruos emocionales que destruyen a tu hijo

Tendemos a pensar en los monstruos como en seres inexistentes, fruto de la fantasía y la imaginación de nuestros hijos. Sin embargo, los monstruos pueden existir. Sí, existen. Sólo que no se llaman Tetradocus o Persiometrides… No son alargados, viscosos o fantasmales. 

Llegan de forma imperceptible y se adueñan de las emociones. Son los monstruos emocionales. Aquellas emociones que producen en el niño emociones terriblemente destructivas. Aquí tienes una lista con los más importantes: 


1. Ira. El monstruo más temible de todos se llama ira. Es violento, irracional. Capaz de anular a los sentidos. Cuando un niño siente ira y no sabe controlarla, estalla en rabietas, tira objetos o incluso pega a otros niños. La ira es una emoción básica y necesaria, porque sirve de ‘fuga’, de ‘escape’ a la tensión o el estrés, a la frustración… Pero debemos enseñar a nuestro hijo a manejarla. Sentir ira, sí. Dejarla salir en forma de agresividad, no. Existen muchos métodos y juegos para enseñar a los niños a manejar la ira. de entre todos, la respiración pausada es muy útil. 


2. Celos. Los celos también forman parte de los sentimientos irracionales. Suelen llegar cuando el niño piensa que las personas que más quieren dedican más tiempo y atención a otro niño, a otro adulto… Al final su forma de expresar los celos es muy variada: desde un niño que comienza a desobedecer sin razón, que se muestra rebelde e iracundo, hasta un niño que comienza a encerrarse en sí mismo. 


3. Envidia. Aunque puedes pensar en un principio que es lo mismo que los celos, no lo es. De hecho, la envidia es muy diferente a los celos. Mientras que el celoso en realidad tiene miedo de perder algo que quiere, el envidioso busca hacer daño al otro o privarle de algún privilegio aunque él también salga perdiendo, porque no quiere que le otro sea más que él (más feliz, más simpático, más ..). La envidia es muy destructiva porque impide crecer a la persona, le atrapa en una espiral de insatisfacciones que van minando su autoestima. Es un sentimiento que envenena. Un niño envidioso no busca brillar por sí mismo, sino que busca robarle la luz a otro. En el fondo, nunca se verá realizado.  


4. Soberbia. La soberbia es similar a la prepotencia y el gran enemigo del aprendizaje. El niño cree que lo sabe todo, que es más que los demás. Y prefiere hacer oídos sordos a los consejos de una madre, de un profesor, de sus abuelos o de otro niño. La frase favorita de este monstruo emocional es: ‘¿Y qué me vas a aportar tú que yo no sepa?’. La soberbia es el principal obstáculo del aprendizaje, un monstruo que implica un sentimiento muy fuerte por dominar al otro. En el fondo, no es más que falta de autoestima. Es un monstruo con una autoestima tan baja, que necesita una aprobación constante, sentirse constantemente por encima de los demás para brillar. Son niños que están exigiendo halagos constantemente, que les encanta hablar de ellos mismos y de lo que son capaces de hacer. Y por supuesto, no reciben nada bien las críticas. Lucha contra el monstruo de la soberbia mediante la autoestima. En realidad lo que tu hijo necesita es confiar más en sí mismo y aprender a valorar las habilidades de los demás. En este caso potenciar la empatía y la tolerancia le vendrá muy bien.


5. Orgullo. No es lo mismo soberbia que orgullo, aunque se parezcan. Está bien que tu hijo sienta orgullo por lo que hace y hacia ciertas habilidades y actitudes. Pero si es demasiado orgulloso, esto le hará perder la visión real y será un obstáculo en su aprendizaje. Al monstruo del orgullo le cuesta mucho perdonar y aceptar sus errores. Sí, el monstruo de la prepotencia es muy amigo suyo. Muchas veces, un niño utiliza su orgullo como escudo para frenar ataques, porque piensa que alguien quiere hacerle daño. Y lo que le ocurre en realidad es que siente debilidad por dentro. Ese niño que si le regañan responde riendo…. o se niega a pedir perdón a un amigo al que lastimó.. en realidad utiliza al monstruo del orgullo como una defensa para sentirse más importante. En verdad está pidiendo que mejores su confianza y su autoestima. 


6. Egoísmo. Sí, el egoísmo también es un monstruo. Y muy dañino. Impide a los niños establecer relaciones sociales, aniquilas sus habilidades sociales. Pero el egoísmo tiene un enemigo muy fuerte: la generosidad, un valor esencial que hace estragos en el monstruo del egoísmo. Es cierto que a los niños no se les puede obligar a compartir. el objetivo es mostrarles por qué pueden verse beneficiados si comparten. Por ejemplo, enseñándoles que si son generosos, tendrán mucha más facilidad para hacer amigos. El egoísmo hace que el niño solo piense en él o anteponga sus intereses al bien común. debe entender que es una posición que al final destruye la relación con los demás. 


7. Pereza. Decía Cervantes: ‘No hay camino que no se acabe si no se le opone la pereza’. La pereza es un monstruo atractivo pero muy dañino para el niño. Le impide crecer, aprender, terminar sus proyectos. le impide tener éxito. Para acabar con la pereza, se necesita un quintal de ilusión, proyectos que emocionen al niño, y un cambio de actitud, por supuesto, que llega de la mano del esfuerzo y la perseverancia. Potencia en él estos dos valores y acabarás por siempre con la pereza. 


8. Hostilidad. El monstruo de la hostilidad es refunfuñón y muy huraño. No le gusta mucho hacer amigos porque no ha conseguido desarrollar el pensamiento positivo y siempre está pensando que todo saldrá mal. Es un monstruo pesimista por naturaleza y excesivamente sensible. Siempre piensa que todos piensan mal o tienen algo en contra de él. Es decir, que en el fondo, una vez más, lo que a este monstruo le pasa es que no confía en sí mismo. O que en algún momento alguien le hizo daño y utiliza la hostilidad como un escudo de defensa, por miedo a que vuelvan a hacerle daño. Es un monstruo muy destructivo que hace que el niño sufra mucho. 


9. Avaricia. Cuando el monstruo de la avaricia aparece, el niño de pronto comienza a pensar en él, solamente en él. Quiere más y más y no es capaz de poner límites. Destruye la generosidad y las relaciones sociales. Para frenar esto, nada como ayudarle enseñándole desde pequeño los beneficios y ventajas de compartir. Mima y da prioridad a sus dones y habilidades, esas que no se atesoran de forma física. Conseguirás que venza al monstruo de la avaricia cuando consiga entender que no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita. 


Guía Infantil |


https://pediatriayfamilia.com/ninos/monstruos-emocionales-destruyen-hijo/